Roma en el bolsillo

Desde mediados de octubre y hasta el 19 de enero, puede visitarse en el Edificio de Los Jerónimos, aledaño al Museo del Prado, la exposición intitulada Roma en el Bolsillo, Cuadernos de dibujo y aprendizaje artístico del Siglo XVIII; la cual da muestra de una serie de documentos y dibujos al natural pertenecientes a nombres tan conocidos como el de Goya.

Con todo el revuelo montado por los incesantes intentos de la clase dirigente por rehacer, recomponer y re-enmendar el agraviado sistema educativo, traigo esta vez a colación un ejemplo artístico surgido en pleno siglo XVIII y protagonizado por una serie de artistas, a la cabeza de Goya.

Entre los años 1758 y 1764, la Real Academia de San Fernando otorga una pensión (después de todo las becas no son un invento tan reciente), a ocho artistas con el fin de que residan en Roma y realicen una serie de dibujos sobre ejemplos de la Antigüedad clásica y el Renacimiento, asistiendo a la par a la Academia del Nudo en el Campidoglio para completar esta experiencia con modelo al natural. Para efectuar con buen fin este cometido fueron asignados a los jóvenes pensionados sendos cuadernos, los cuales hoy podemos ver en la muestra.

A modo de diario de viaje estos librillos, denominados “taccuini” en italiano, nos descubren el registro gráfico de todas aquellas obras consideradas esenciales en el propio aprendizaje artístico, enseñándonos una manera de hacer y entender el estudio de la antigüedad, pero además evidencian el contexto artístico y personal de la época del que hoy tenemos el privilegio de contemplar.

Como resultado, hoy podemos admirar un vasto catalogo de apuntes y esbozos que tienen como hilo conductor, su experiencia personal con la Ciudad Eterna, de la cual tomaban aquellas obras que para ellos resultaban más llamativas o relevantes,; protagonizada por un elenco de nombres como Domingo Álvarez Enciso, Antonio Primo, Domingo Antonio Lois, Salvador Maella y José del Castillo, entre otros, que culminan con la figura de Goya, quien no pertenece propiamente al grupo pero que visitó posteriormente y por su cuenta la ciudad y supone otro ejemplo muy significativo desligado ya de los rigores académicos.

Como nota excepcional a esta exposición, los susodichos cuadernos pueden admirarse también a distancia. A través del sitio web del museo brinda la posibilidad de hojear algunos de ellos al completo, a modo de libro electrónico, no obstante la posibilidad de ver a mayores una serie de obras, documentos y objetos que habitualmente residen en el almacén del museo y otras instituciones hacen de este catálogo cibernético un mero entrante, por lo que acercarse hasta el Museo del Prado siempre es sobradamente recomendable.